Almería había conseguido ser
una de las dos provincias españolas
que podían enviar esta hortaliza
a tierras americanas, la otra es
Alicante, pero las empresas de
esta tierra dijeron que no iban a
aprovechar la oportunidad de exportar
sus pimientos a Estados
Unidos dejando todo el protagonismo
a Almería.
¿A qué se debe semejante
comportamiento de los americanos?
Fundamentalmente a que
estaban negociando con el Ministerio
de Agricultura las condiciones
para la exportación de pimiento
el año próximo y al parecer
alguna de las condiciones no gustó
al Gobierno Español y, ante la
falta de comunicación, la Administración
Norteamericana decidió
dar carpetazo al asunto y emitir
un fax diciendo que quedaba
cerrada la exportación de pimiento
español a Estados Unidos.
Es evidente que ha habido
una falta de tacto de los representantes
españoles que estaban negociando
por parte del Ministerio
las condiciones que imponían los
americanos. Ya sabemos que la
administración yanqui no se anda
con medias tintas y si las cosas no
se hacen como ellos quieren toman
decisiones de esta naturaleza.
Además, sabemos que Donald
Trump quiere abrir una
guerra comercial con China y va
a usar todas las artimañas que estén
a su alcance incluyendo los
aranceles. Es evidente que Europa
también va a recibir metralla
de esta guerra y para muestra un
botón con lo sucedido con el pimiento
español.
Es cierto que no han podido
gustar las exigencias impuestas
por Estados Unidos al Ministerio
de Agricultura, pero no es menos
cierto que desde el organismo que
dirige Luis planas no se han andado
finos sabiendo cómo es el interlocutor
que hay al otro lado del
océano a la hora de tratar este tipo
de temas. Por un lado, la chulería
americana y por otro lado el pasotismo
español han dado como resultado
que los pimientos de Almería
seguirán yendo a Europa y
no a Estados Unidos, salvo que se
llegue a un acuerdo de última
hora.
Es importante destacar que en
el momento de producirse el cierre
de fronteras para el pimiento
español había tres empresas almerienses
enviando su producción a
clientes norteamericanos, dos de
ellas ejidenses.
No resulta muy alentador saber
que se van abriendo mercados
para la producción agrícola local
y que por falta de interés se vuelvan
a cerrar las puertas de la exportación
sabiendo el enorme trabajo
que ha costado convencer a
los clientes. A ver qué pasa en las
próximas horas una vez que Estados
Unidos tiene nuevo presidente.
José Antonio Gutiérrez