Tras la moción presentada por su concejal, Juan José Bosquet, en la que se buscaba poner fin a los graves problemas generados en la recogida de residuos vegetales con rafia convencional, VOX El Ejido ha visto cómo de nuevo el Partido Popular de Góngora rechazaba sus propuestas dando la espalda a los agricultores.
La recepción de estos residuos plásticos se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza por “la inoperancia de las distintas administraciones públicas”, ya que, según Bosquet, “la situación de colapso es evidente ante las serias dificultades que existen a la hora de aceptar los residuos vegetales que llegan mezclados con rafia convencional”. Esto se “agravará” esta primavera cuando los agricultores procedan a la retirada de los restos vegetales, ya que actualmente las plantas de tratamiento con las que cuenta la provincia “ya están saturadas”.
Por este motivo, Bosquet, que además es parlamentario andaluz de VOX por Almería, solicitó al gobierno del PP en la Junta que se autorizara a todos los vertederos de la provincia la recepción de este tipo de residuos. Propuesta que se sumaba a otras como era la celebración de jornadas informativas y formativas por parte de un Ayuntamiento de El Ejido que ya las ha anunciado en colaboración del IFAPA, pero que desde el instituto de investigación dicen no conocer ni fechas ni planes previstos.
En definitiva, una larga lista de iniciativas que, sin embargo, han sido rechazas por el equipo de Gobierno de Francisco Góngora en las últimas comisiones informativas antes de la celebración del próximo Pleno Municipal. “Una vez más, el Partido Popular deja de lado a nuestros agricultores cuando se trata de velar por su futuro”, ha destacado Bosquet.
“Presentamos la iniciativa, tanto en el Parlamento Andaluz, como en los ayuntamientos de la provincia de Almería, porque es urgente que se convoquen ayudas para fomentar otro tipo de materiales alternativos, pero Góngora parece no estar dispuesto a luchar por sus agricultores”, ha lamentado atendiendo al caso de que “en la mayoría de ocasiones, ni llegan a obtener una rentabilidad que les permita sobrevivir”.
La situación, además, se ha visto agravada en los últimos años por la competencia desleal de productos que proceden de terceros países, el incremento de los costes de producción, la excesiva burocracia y las exigencias fitosanitarias y medioambientales que imponen las nuevas políticas que dictan la Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo. “No podemos poner más trabas a nuestro campo, y Góngora lo está haciendo”, ha evidenciado Bosquet.