La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la un hombre por arrancar la oreja de otro de un mordisco durante el transcurso de una pelea que tuvo lugar en un piso de la localidad de Vícar, según recoge la sentencia a la que ha tenido acceso D-CERCA. Tendrá que cumplir una pena de cuatro años de prisión que dictó en primera instancia la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería el pasado 21 de febrero.
Los hechos tuvieron lugar el 21 de noviembre, alrededor de la una de la mañana. Los implicados, K. H., de 28 años, y A. E. F., de 19, comenzaron una discusión en la citada vivienda, donde se habían reunido con varios amigos. La riña llegó a más, y ambos acabaron cayendo al suelo, propinándose fuertes puñetazos entre ellos, hasta que A. mordió con fuerza la oreja izquierda de K., hasta el punto de arrancar gran parte de la misma, "quedándole tan solo el lóbulo unido a la cabeza". Luego, la escupió y la dejó en el suelo.
Como consecuencia de estos hechos, K. sufrió la amputación traumática del pabellón auricular izquierdo, además de contusiones faciales y torácicas, que tuvieron que ser atendidas por los sanitarios y requirieron de corrección quirúrgica y puntos de sutura, lo que le supuso trece días de incapacidad para realizar su trabajo habitual, además de un perjuicio estético moderado.
Sin embargo, el condenado, A., también padeció lesiones como excoriaciones y moratones en el rostro, y aunque también fue atendido por el 061, ninguna de ellas le provocó cortar sus ocupaciones habituales. Por todo ello, K. también fue penado por la Audiencia de Almería a dos meses de multa, a razón de doce euros diarios, por un delito de lesiones, tendrá que pagar la mitad de las costas y 200 euros de indemnización para A.
Por su parte, además de la condena de cuatro años de prisión, A. deberá pagar la otra mitad de las costas judiciales e indemnizar a K. por una cifra total de 18.101 euros; 1.260 por las lesiones sufridas, 2.207 por el perjuicio personal, y 14.634 como perjuicio estético.
Legítima defensa
A., a instancias de su defensa, decidió interponer un recurso de apelación al TSJA. Su abogado argumentó que en primera instancia se había vulnerado el derecho a la legítima defensa de su cliente, y en que este no aceptó "voluntariamente" la "contienda", sino que tuvo que defenderse de K., que, según esta versión de la historia, comenzó la pelea. Y, de acuerdo a un testigo, hermano de A., K., también le propinó un mordisco.
En su respuesta, el magistrado del TSJA asegura que "no está acreditado que la pelea entre A. y K. fuese generada por un impulso de este último como sostiene el recurrente" si no que "ambos se golpeaban mutuamente" y que, en cuanto al supuesto otro bocado, "tal extremo no consta en absoluto".
Francisco Lirola
