La incomodidad mata a la fiesta

La incomodidad mata a la fiesta

Estamos viendo cómo en los últimos años el ingenio del pueblo hace que determinadas fiestas populares tengan un éxito inesperado

La semana pasada hubo dos citas muy importantes que gozaron del fervor del público y de una asistencia verdaderamente espectacular. La primera de estas citas fue la degustación de los Huevos y el Chorizo con motivo de las fiestas patronales de Santa María del Águila. La segunda de ellas fue la tercera Pailada de Choto de Celín, que tuvo lugar el pasado fin de semana. En ambos casos son iniciativas surgidas de los propios ciudadanos y que calaron muy profundamente entre los vecinos. Tanto en Santa María del Águila como en Celín, cientos de personas pudieron disfrutar de unas viandas excelentemente cocinadas y con un sabor tradicional que cala mucho en el público.

No obstante, hay una parte negativa que me gustaría comentar, se trata de la incomodidad que se vive en estos festejos que pueden terminar con que desaparezca su celebración.  En el caso de Santa María del Águila la falta de sitio donde los comensales puedan degustar los huevos con chorizo es un problema que se mantiene en el tiempo y nadie ha sido capaz de darle solución.  Es un problema que va en aumento porque a medida que se va conociendo a la fiesta, se ven las imágenes del público, y se publican noticias sobre el evento, la participación termina aumentando y cada año son más personas las que quieren venir a degustar la combinación de huevos, chorizo, ensalada y sandía que prepara la organización del evento. De no encontrar solución va a ser muy difícil que esta fiesta siga prosperando ante la incomodidad de estar de pie con el plato en la mano, la Coca Cola en el bolsillo, la ensalada en la mesa de al lado y el pan debajo del brazo.

En Celín hubo menos gente, pero el espacio era mucho más reducido, aunque el núcleo es pequeño está rodeado de solares y el aparcamiento no es el problema.  Ahora bien, conseguir los tickets, las bebidas y los platos de choto era una auténtica batalla de los comensales pegados a la barra y ya no digo conseguir una mesa donde poder apoyar cerveza y plato.

No quiero que se entienda como una crítica negativa, todo lo contrario, posiblemente lo que estas dos fiestas tienen en común es su enorme éxito.  Ahora bien, en la medida de lo posible sería muy interesante que estos problemas descritos encontrasen una solución, si no genial, si práctica para que los que queremos asistir a estos eventos lo hagamos con confianza y podamos disfrutar del momento año tras año.

No obstante, dicho lo cual, felicidades a los organizadores y muchas gracias por el enorme esfuerzo.



D-CERCA