No se trata de un municipio o de otro, es realmente un parón que afecta prácticamente a todos los núcleos poblacionales que componen la basta comarca del Oeste de la provincia de Almería. La llegada de personas de fuera es incesante, amén de lo que pueda suceder con la migración ilegal. Son personas que se asientan de forma definitiva o temporal para poder desarrollar su actividad laboral en alguno de los centros de manipulado o en cualquiera de las empresas auxiliares que dan vida a la amplia economía agraria de la comarca.
Los ayuntamientos tienen pocas posibilidades de agilizar el desarrollo urbanístico, no obstante, cuando hay planes desde el Gobierno si tienen un protagonismo destacado, ya lo vimos a principios de siglo hasta el año 2006.
El problema fundamental es la inactividad del Gobierno de la Nación en este asunto con el que lleva prometiendo soluciones y ninguna de ellas está dando resultado. Las viviendas son necesarias por tres aspectos fundamentales. En primer lugar, porque hay que cubrir la demanda de las nuevas familias que se están creando o de aquellas personas que necesitan emanciparse.
En segundo lugar, la falta de vivienda está provocando un caos en la oferta de alquiler, sin llegar a los extremos que se están viendo en otras ciudades españolas, en la comarca de Poniente hay serias dificultades para poder conseguir un lugar donde residir para poder desarrollar fundamentalmente la actividad agraria. Y en tercer y último lugar la falta de viviendas está provocando un incremento acelerado del valor de las mismas que sólo se puede frenar con una mayor oferta.
En el año 2006 se quedó paralizada toda la actividad relacionada con la creación de obra nueva por el estallido del “Boom” inmobiliario que dejó a muchos empresarios sin empresa, a muchos bancos con una cuota de morosidad muy alta y a muchas familias sin casa. No nos hemos recuperado de los efectos colaterales de aquel estallido de la construcción y a sus consecuencias hay que añadir el aumento de costes que no permiten ahora crear vivienda a precios asequibles y por parte de las autoridades no hay quien eche una mano en nada.
No se entiende como todos los que tienen responsabilidad en este asunto miran para otro lado como si no pasara nada, o a la espera de una solución mágica que evidentemente nunca va a llegar.
La creación de vivienda nueva con apoyo de programas económicos específicos reactivaría la economía y aportaría soluciones a muchos problemas que nos encorsetan ahora.
Me resisto a pensar que la única solución sea esperar a que el problema se resuelva ahora. Y si alguien me dice que sí se están construyendo nuevas viviendas que me digan el precio a ver quién las puede adquirir.
Mirar para otro lado convierte el problema en un problemón.
D-CERCA