La juventud de Balerma, víctima del narcotráfico y el petaqueo

La juventud de Balerma, víctima del narcotráfico y el petaqueo

Cuatro jóvenes de este núcleo ejidense han desaparecido en alta mar en menos de un año

Adil Lamsiyah, de 20 años, y Khaled Khayati, de 32, zarparon del núcleo ejidense de Balerma el pasado 25 de febrero rumbo a Nador (Marruecos), donde cambiaron su embarcación por una lancha Phantom gris, a la que cargaron de alimentos y gasolina. Iban de petaqueros, como se conoce a quienes proveen de suministros a las narcolanchas que esperan en alta mar.      

Se les unieron otras tres personas. El piloto, su ayudante, y el joven de 22 años Soufian Kharbouch, natural de Nador. Los cinco marchan a Cabo de Gata, donde ese fin de semana se refugiaban un gran número de narcolanchas, a las que proveyeron de lo que necesitaban. Desde allí trataron de volver a Balerma, pero su viaje de regreso se truncó rápidamente.      

La Phantom gris de 12 metros de eslora fue encontrada por Salvamento Marítimo el 27 de febrero, volcada y a la deriva, a unos 30 kilómetros de distancia de Cabo de Gata. Puede que el fuerte oleaje de ese día, azotado por el viento de poniente, provocara el accidente.      

El navegante y su segundo de a bordo fueron rescatados al día siguiente, flotando junto a un buque. La Guardia Civil los tuvo bajo custodia durante 48 horas hasta su liberación. Desde entonces no hay noticias de Adil, Soufian o Khaled.        


La lista       

Adil y Khaled son los últimos jóvenes balermeros en unirse a la lista de desaparecidos en el Mediterráneo mientras portaban como petaqueros.      

El rastro de Suleiman y Rafael, de 29 y 19 años respectivamente, se perdió el 7 de julio. Su embarcación, de fibra blanca y seis metros de eslora apareció semihundida a 20 kilómetros de su pueblo.      

Suleiman y Rafael partieron desde el Puerto Deportivo de Almerimar, otro núcleo ejidense que, supuestamente, ha registrado una gran actividad de estos petaqueros, incluida la explosión de una lancha junto a la boca del puerto en diciembre de 2022. Un incidente por el que no hubo heridos.        


No hay dinero fácil

Samira Benaissa, madre de Adil, denuncia que su hijo fue captado por una banda local dedicada al petaqueo y a la búsqueda de ‘reclutas’. “Le lavaron el cerebro”, asegura para D-CERCA, “te dicen ‘no te preocupes, solo llevas gasolina, no es nada, y cuando vuelves, dinero rápido’”, pero nadie los advierte de los peligros que corren en ese viaje por el Mar de Alborán.      

Una circunstancia similar relata a este medio Samira El Khalfioui, tía de Soufian Kharbouch. Al parecer, a su sobrino le prometieron que con esos portes se pagaría el billete en narcopatera para España. Así lo confirman sus supuestas intenciones, ya que, antes de desaparecer, le dijo a su madre que se iba con su tía, residente en una localidad de la provincia de Almería. De su natal Nador asegura que está “plagada” por la mafia del tráfico de drogas y seres humanos, “hay muchísima, cada día más, y las lanchas navegan en total libertad”.        

“Buscan víctimas”, sentencia Benaissa, “alguien seguía el GPS de esa lancha, y cuando la perdieron, no hicieron nada, no llamaron ni a Salvamento Marítimo para intentar salvarlos”, reclama, “¿por qué no lo hizo? ¿No tiene corazón?”.          

Esta destrozada madre alerta a otros jóvenes seducidos por el falso dinero fácil, “hoy ha sido mi Adil, pero mañana será otro, y otro, y otro...”.


Francisco Lirola